martes, 10 de marzo de 2009

Cubriste mi cuerpo con una manta y me tomaste entre tus brazos ayudándome a salir de ese lugar de pesadillas...

Recuerdo que mis ojos se cerraron y que cuando volví a abrirlos estaba en una habitación pequeña, tan sólo iluminada por la luz de una lámpara. Me conduciste hacia otra habitación donde había una tina llena de agua tibia, me ayudaste a desnudarme y a introducirme dentro, acariciaste mi cuerpo completo con tus suaves manos, liberándome de los restos de sangre y vidrios que aún tenía incrustados... El dolor intenso se mezclaba con el calor del roce de tus manos y un placer masoquista me recorría...

Luego me sacaste de la tina y me recostaste sobre una cama... No recuerdo cuánto tiempo pasé allí, pero sí que todo ese tiempo estuviste al lado mío...

"¿Por qué me salvaste? Quería matarte..."

"Pero no lo hiciste..."

"Podría hacerlo ahora"

"No..."