lunes, 20 de junio de 2011

Últimamente su fuego se agota… siento como va perdiendo su humanidad, lo siento como una daga que se retuerce dentro mío, debilitándome…

Quisiera romper este lazo que me une con ella, que me arrastró hacia su mundo desde el momento en que rocé su mano… y que ineludiblemente me ha llevado a odiarla y a desearla al mismo tiempo…

Yo, que fui uno de los vampiros más invulnerables y despiadados… ahora derrotado por el hálito de una simple mujer…

Y ella, mi Némesis, sin siquiera notar mi presencia, sin ver mi persecución constante tras sus huellas; más ahora, que su fuego se va convirtiendo en hielo, quemando de la misma manera, confundiendo el ardor de uno con el otro, volviéndola más inconmovible y atrayente…

Ninguno es capaz de darse cuenta… sólo yo, que puedo sentirla en cualquier lugar donde esté… sólo yo que mientras ella se hace más fría y peligrosa; mientras adquiere más poder absorbiendo el alma de sus víctimas simplemente por el placer de la perversión, o por el hastío de lo poco que puede encontrar en la mediocridad corriente de esos cuerpos insípidos que se cruzan en su camino; voy transmutándome en un espectro sin razón ni sentido, que sólo vive a través del fuego de una dama, que va abandonando su esencia lentamente, y que cuando eso finalmente suceda, me perderé para siempre…