miércoles, 11 de febrero de 2009

Ya sé... algo conocido... pero continúa la historia...

El calor está alterarandome nuevamente... y de a ratos siento la sombra de mi verdugo merodeando... mis instintos se sublevan... muchachito, no sabes con lo que estás jugando... este fuego no se apaga con agua; se apaga con piel, sudor, gemidos... sangre...

Demasiado tarde tratarás de escapar... te lo advertí y no quisiste escuchar... absorverás el néctar impío de mis labios, rosaré con mi lengua los tuyos... descenderé hacia tu cuello, suave, suave, suave... clavaré mis colmillos y consumiré tu sangre... el dolor será insoportable pero no querrás que termine... seguiré lentamente, mi sexo acariciando el tuyo; el deseo se te irá haciendo intolerable... querrás que finalize pero es sólo el comienzo...

Ataré tu cuerpo a mi cama, te encerraré entre mis sábanas y torturaré tu alma de manera despiada... con mis labios y mi lengua visitaré todo tu cuerpo hasta que la agonía desmorone tus muros por completo...

Cuando llegue el momento en que tu cuerpo se introduzca en el mio, tu voluntad ya estará perdida... beberás de mí y serás un ser nocturno como yo... y serás mio...

3 comentarios:

  1. sí, sí, sí, acepto VAMPIRIZAME!!!!
    un beeeso

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  2. No habría entendido lo que he leído hace unos cuantos meses (quizá más). Pero, como ya has leído, encontré con quien aprender a sentir y admirar la belleza de esos torrentes de impulsos animales, salvajes, grotescos que el amor, y solo el amor, sabe hacer arder.

    Habría supuesto, probablemente, que se trataba de simple y ligeramente refinado erotismo.

    Es gracioso tenerlo en cuenta ahora, que tengo tan claro (y evidentemente no soy el único), que "ligero" y "refinado" son dos de los últimos adjetivos a adecuar a estas cosas.


    saludoS. . .

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  3. ¿Y si te dijera que me gusta perderme también por esos laberintos? Y es que portar en el corazón una franja oscura es todavía más exitante. Fíjate: entre la noche que se pasea, con o sin luna llena, una habitación se quiebra entre gemidos, dolores que renuevan y explosiones de placer. Y entonces pienso: vale la pena darse una vuelta por lo gótico.

    Un abrazo de oso y un besito de mago

    Carlos Eduardo

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Te leo...