jueves, 25 de febrero de 2010

Después de la partida de mi padre espiritual, la sed se hizo más intensamente inaguantable… “La noche vuelve a ser tuya” dijo, y me perdí recorriendo sus calles… busqué víctimas en cualquier parte, sin importarme de quienes se trataran... mientras más personas asesinaba, más era la necesidad que sentía, como un fuego que se expandiera a lo largo de todo mi ser… quería beber, absorber hasta la última gota de sus esencias… y nunca quedaba satisfecha… no era sólo la sangre… era saberlos mío, completamente a mi disposición, indefensos, vulnerables…

Hasta que apareció él… el mejor jugador que había conocido hasta entonces… más letal incluso que el Gato… impredecible, enigmáticamente atrayente… de un momento para el otro me vi atrapada en un juego perverso de cazador y presa, no sabiendo del todo que papel me tocaba… hacerlo mío se convirtió en una obsesión que nublaba mi mente, la sangre de nuevas víctimas me asqueaba, sabía que quería tenerlo a él como fuera… sabía también que él quería que deseara eso… me hizo buscarlo noche tras noche visitando los lugares donde pudiera estar… dejaba rastros, pequeñas huellas, esperando que lo siguiera, que lograra atraparlo…

Ya sé donde se esconde, y esta noche no voy a dejar que se me escape… voy a beber de su sangre hasta que su voluntad me pertenezca, voy a obligarlo a desgarrar mis ropas, a tomar mi cuerpo sin ningún tipo de piedad… voy a destruir todo lo bueno que pueda existir en él… la noche me pertenece… el encanto, el deseo, la seducción y la lujuria… hoy voy a enseñarte realmente lo que una niña mala puede hacer más allá de los límites… el peligro ya no me asusta, retorné más sádica que nunca y el mundo esta vez conspira a favor mío…

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